Diversidad e inclusión es igual a futuro

Artículo de Nani Navarro, concejala de Bienestar Social e Igualdad, para Infolínea

En el año 2005 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el día 21 de mayo como Día Mundial de la Diversidad para el Diálogo y el Desarrollo.

La convivencia entre culturas -aunque no es algo nuevo- suele generar conflictos. Hace siglos el contacto entre culturas era menos habitual y solía ser violento, aunque a lo largo de la historia hemos vivido rodeados por las migraciones, el cambio continuo del ser humano de un lado para otro, siempre con la vista puesta en dar una mejor vida a una familia o grupo, estableciéndose a veces en nuevos lugares de residencia y, como consecuencia, generando la convivencia entre diferentes. Por algo el segundo libro de la Biblia es el ‘Éxodo’.

No importan las causas de esa partida, son muchas, variadas y en la mayor parte de las ocasiones involuntarias: conquistas, guerras, reconstrucciones de países devastados, trabajo, estudios. Lo que importa son las consecuencias finales: la coexistencia, las relaciones, la equidad, el respeto, la igualdad y la aceptación, entre otras.

La convivencia entre culturas suele generar conflictos, mayoritariamente por miedo y
desconocimiento de ambas partes, ya lo decía el poeta Antonio Machado: «Pobre castilla que odia lo que ignora». Pero lo cierto es que en este mundo de globalización en el que estamos inmersos, en el que la movilidad demográfica cada vez es más habitual, debemos apoyar la diversidad, el diálogo y la inclusión. La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, apunta: «La diversidad es un valiosísimo recurso para alcanzar los objetivos de desarrollo, ya se trate de combatir la pobreza, promover la igualdad de género, la educación de calidad o los derechos humanos, y debemos incorporarla plenamente en las estrategias mundiales del desarrollo sostenible».

La diversidad debe ser un valor, lo diferente debe servir para progresar, debemos abrirnos a los demás, sin que ello suponga la perdida de nuestras señas de identidad, es una oportunidad de aprender y de enriquecernos.

Tenemos una gran pluralidad cultural y debemos sentirnos orgullosos de ello. Todas las culturas deben tener el mismo valor, se deben analizar desde su propia contextualización y deben ser aceptadas, lo que no quiere decir que todo valga, cualquier acto de cualquier cultura que atente contra la dignidad y la integridad humana debería ser rechazado.

Debemos avanzar hacia la Interculturalidad, la RAE la define como aquello «Que concierne a la relación entre culturas». En Wikipedia encontramos otra acepción más amplia: «Comunicación e interacción entre personas o grupos con identidades de culturas específicas, donde no se permite que las ideas y acciones de una persona o grupo cultural esté por encima del otro, favoreciendo en todo momento el diálogo, la concertación y con ello, la integración y convivencia enriquecida entre culturas».

La educación sigue siendo uno de los pilares fundamentales en esta tarea. Conocer y respetar a las personas diversas, con capacidades diferentes, orientaciones distintas,
etnias, culturas y orígenes varios es síntoma de una sociedad moderna, plural y en
continuo avance. Las diferencias nos enriquecen, el respeto nos une, lo que tiene que servirnos para construir un mundo mejor y más justo.

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