PP, Ciudadanos y Vox tenían un acuerdo para gobernar juntos en Alhama si sumaban mayoría

Artículo de Antonio García, secretario general del PSOE, para Siete Días

El balance de este primer año de legislatura viene marcado irremediablemente por la irrupción de la pandemia del coronavirus, que dio lugar a Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que el Gobierno declaraba el estado de alarma -por segunda vez en nuestra democracia- y debíamos permanecer confinados para reducir la curva de contagios y evitar la muerte de muchos compatriotas.

En este sentido, el Ayuntamiento ya había adoptado medidas varios días antes para la protección de los empleados públicos y vecinos, ordenando el cierre de todas las instalaciones municipales y paralizando cualquier actividad programada. Después, hubo que adaptar cada área y la forma de trabajar para dar respuesta a la realidad que estábamos viviendo. Así el pleno extraordinario celebrado el viernes 24 de abril, el primero telemático de nuestra historia, aprobó una partida de 859.248 euros para hacer frente a la crisis económica y social, especialmente de autónomos y pymes que tuvieron que cerrar sus negocios sin otra alternativa.

Esta medida contó con el apoyo de 19 de los 21 concejales de la Corporación, con la excepción de las dos concejalas de la ultraderecha, no en vano recogía la inmensa mayoría de propuestas de los cinco grupos que conforman el Pleno. Éste ha sido el gesto más visible de ‘unidad política’ que hemos visto desde que se inició el nuevo curso en junio de 2019. A partir de esa fecha, el tono de las intervenciones públicas de una parte de la oposición ha ido in crescendo hasta proferir un surtido de calumnias contra el Gobierno local como estrategia de desgaste, ante la falta de un proyecto alternativo serio para Alhama. Ni lo tenían antes de las elecciones ni lo tienen ahora, donde la inexperiencia de los nuevos concejales, en lugar de reducirse, se ha transformado en una dejadez total por la falta de interés, el pasotismo y el mal uso de la institución por algunos de ellos (y ellas).

La derecha de Ciudadanos, la extrema derecha del Partido Popular y la ultraderecha de Vox encontraron una ventana abierta a la crítica hacia el proyecto socialista encabezado por Mariola Guevara ante dos decisiones tan valientes como necesarias, pero que no guardan ninguna relación entre sí. El primer pleno de la legislatura es el que marca las nóminas e indemnizaciones de los concejales, así como las asignaciones a los grupos políticos. Antes de explicar bien este punto, es importante recordar que en el cuatrienio 2015-2019 el Gobierno municipal de entonces, encabezado por Diego Conesa, tuvo que realizar un gran esfuerzo, invirtiendo más de un millón de euros para atender las necesidades de la educación pública en Alhama, que había sido maltratada en los 16 años de mandatos consecutivos del PP, en la última etapa con sus socios de CCD, luego fundadores de Ciudadanos en Alhama. También tuvimos que pagar una deuda en las arcas municipales de 3,2 millones de euros que habían ocultado a todos los alhameños, cerca de 100 millones de euros consumidos y apenas inversiones, la más visible el adoquinado de la calle Postigos que en pocos meses con tráfico rodado se comenzó a hundir como una metáfora de aquel Gobierno infausto que sumió a Alhama en una depresión, sin proyectos ni planes de futuro, al derrumbarse la quimera de la Paramount. Ese fue un pelotazo urbanístico al más puro estilo Valcárcel, con el que mantenerse en el poder sin otra visión, siguiendo la línea estratégica de este partido desde que llegó al poder en 1996 de la mano de Aznar. Y una ruina para nuestro Ayuntamiento, con la espada de Damocles en forma de una reclamación de 40 millones de euros de los herederos de Jesús Samper contra el Consistorio alhameño y la Comunidad Autónoma. Todo por su irresponsabilidad política por no haber hecho caso a las advertencias de los concejales del PSOE de entonces.

Aquel equipo del PP y CCD nos costaba a todos los alhameños 460.000 euros al año. El Gobierno socialista de ahora, 10 años después, es 50.000 euros más barato. Por si fuera poco, en la última etapa de los populares en el poder en Alhama, además de ser el equipo más caro de nuestra democracia, dejó la citada deuda de 3,2 millones de euros, impagos a trabajadores, y no reclamó… ¡más de un millón de euros! a la empresa concesionaria del servicio de recogida de basura y limpieza viaria, que le correspondía a nuestro ayuntamiento por la amortización de la maquinaria. Pero lo más grave de todo vino provocado por dos resoluciones judiciales, la primera de ellas del Tribunal Constitucional declarando inconstitucional el artículo 107.4 del Real Decreto Legislativo 2/2004 (Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales), teniendo que devolver, principalmente a los bancos, el dinero recibido del impuesto de Plusvalías. Lo que restó de las arcas municipales más de cinco millones de euros. Y la segunda, provocada por la Paramount, al recalificar los terrenos donde se iba a construir supuestamente el parque para hacerlos más atractivos a posibles inversores, nada menos que bajando el precio del suelo un 90%. Los resorts próximos, como Condado de Alhama, se vieron abocados a recurrir a la justicia para que se les reconociera el mismo valor del precio del suelo, ganando la reclamación, por lo que el Ayuntamiento ha perdido un millón de euros al año en recaudación por IBI de esta urbanización.

A ello se suma también la dejadez de funciones de la Comunidad Autónoma, que no asume el coste de servicios esenciales en Alhama, al igual que ocurre en la mayoría de los 45 municipios de la Región. Son las llamadas ‘competencias impropias’, que debería pagar el Gobierno regional del Partido Popular y Ciudadanos, dirigidos por Vox. Durante los 25 años consecutivos que llevan los populares en San Esteban han generado un agujero insoportable de 10.000 millones de euros, situando a la Región al borde de la quiebra total. Nuestra alcaldesa tenía claro que no podíamos dejar desprotegidos a los alhameños, y que servicios esenciales como las escuelas infantiles, los programas de conciliación de la vida familiar y laboral, la teleasistencia, la ayuda a domicilio o el centro de atención psicosocial, entre otros, debían seguir funcionando. Y es por eso que decidimos asumir el coste de 1,5 millones de euros mientras la CARM no se haga cargo de estos servicios. Cada año sabemos el dinero que recibe Alhama del Estado, pero no de la Comunidad. Por desgracia este último está sujeto a la discrecionalidad o al interés político de cada momento, con el consiguiente perjuicio para los vecinos. Los alhameños pagamos impuestos a la Región que luego no retornan al municipio; los Gobiernos del PP no han sido capaces de elaborar una ley de financiación local durante un cuarto de siglo en el poder, como sí disponen el resto de comunidades autónomas.

El pasado año tuvimos que tomar una decisión tan importante como elegir entre eliminar servicios básicos o tener que actualizar las ordenanzas fiscales. En el PSOE creemos en la igualdad de condiciones y de oportunidades, a diferencia de los partidos de la derecha. El eslogan de la ultraderecha en la última campaña rezaba “Menos gasto público y más dinero en el bolsillo de los alhameños”, algo que puede sonar bien al oído inexperto pero que esconde un trasfondo perverso en el que solo podrían acceder a los servicios públicos aquellos privilegiados que los pueden pagar. Un ejemplo: yo tengo el dinero en los bolsillos porque pago pocos impuestos, pero no hay servicios públicos gratuitos. Si debo llevar a mis hijos a la escuela infantil y a la escuela de música, utilizar el servicio de proximidad matutino, además cuento con un familiar con una enfermedad mental que requiere atención y un abuelo que necesita el servicio de teleasistencia o ayuda a domicilio y todo eso lo tengo que pagar porque el Ayuntamiento no lo subvenciona, al final no me va a quedar nada en los bolsillos, obligando a las familias a elegir entre acudir al banco a pedir un préstamo para acceder a esos servicios o directamente renunciar a ellos. Lo que nos recuerda a etapas pasadas preconstitucionales a las que la derecha más rancia y reaccionaria parece querer volver. Esa, y solo esa, es la razón de las medidas que hemos adoptado en materia fiscal este año, donde hemos adquirido el compromiso de reducir los impuestos proporcionalmente si la Comunidad Autónoma asume el coste de sus servicios, como es su obligación.

El ruido generado en torno a aquella decisión se tradujo en una manifestación frente al Ayuntamiento el 29 de octubre de 2019, auspiciada por los tres partidos de la derecha, los mismos que ostentan el poder en una Comunidad Autónoma que no nos paga lo que nos debe y los mismos que tenían un acuerdo en todos los municipios de la Región, incluida Alhama, para gobernar si sumaban juntos mayoría. ¿Cabe mayor hipocresía? Sin duda que sí. Y es que el partido veleta, Ciudadanos, ante un posible escenario político con siete grupos en la Corporación y la previsible ausencia de mayorías absolutas, puso sus cartas sobre la mesa, pero como suele ser habitual en ellos, boca abajo. Así, la condición sine qua non para dar su apoyo al PSOE en caso de necesitarlo, según hemos sabido después, hubiera sido la dimisión de dos de sus concejales: Antonio José Caja y un servidor, Antonio García. Al parecer a los naranjas les molesta mucho la gestión política de estos dos miembros del Gobierno local, quienes en la pasada legislatura pasada les expresábamos continuamente y sin tapujos la inacción y falta de seriedad de sus dos concejales, Juan Cero y Bartolomé Valverde, que habían tenido responsabilidades políticas en distintos gobiernos del PP. La pregunta es, ¿en ese escenario y con esas dimisiones habrían dado su apoyo a un proyecto socialista? Evidentemente no, nunca. Ya vimos apuñalar por la espalda al PP en el pleno de investidura del 13 de junio de 2015, después de que el candidato de C’s y el del Partido Popular pactasen votar a Izquierda Unida para “arrebatar” la alcaldía a Diego Conesa. Ahora la traición hubiera sido contra el Partido Socialista, ganador de las elecciones. El eterno concejal, Juan Cerón, ha sido y sigue siendo quien maneja en la sombra a la formación de Isabel Cava y Lali Salas. Las dos últimas campañas electorales de este partido han llevado su firma, no hay más que ver su estrategia repugnante, centrada en la crítica permanente y en el continuo desprestigio hacia el Gobierno socialista, sin ofrecer un proyecto real para Alhama. Él, que cuando tuvo responsabilidades como concejal no hizo absolutamente nada de lo que ha venido predicando después, especialmente en materia de transparencia. Un personaje siniestro, que fue capaz de abandonar y traicionar a su propio acalde del Partido Popular, Juan Romero, y dejarlo solo. ¿Existe mayor irresponsabilidad? La actual portavoz de C’s continúa bajo su tutela, pese a que llegaba aparentemente como un nuevo valor de regeneración de su partido, y ha acabado plegada a los postulados de la derecha clásica y la ultraderecha, siguiendo la estela de su líder nacional Inés Arrimadas: “Veinticuatro años del PP son muchos”, son «una plaga bíblica» fruto de la «mala gestión», decía en un mitin en Murcia antes de las elecciones. Teniendo la oportunidad de cambiar el rumbo político de la Región junto al ganador en las urnas, Diego Conesa, han elegido unirse a PP y Vox, a la corrupción, el despilfarro, el clientelismo y el patriotismo trasnochado y sectario.

Los populares de Alhama, tras el batacazo electoral de 2015 y la salida por la puerta de atrás de su cabeza de lista y varios de sus concejales, aún no ha encontrado su sitio. Lo que ha traído después una división interna y fragmentación del partido que aún continúa bajo una gestora, con cinco presidentes en cuatro años y con un proyecto fallido que también provocó la huida de su último candidato. Alhama se merece un partido líder de la oposición con capacidad de gobierno, que pueda pensar en un plan de futuro y ser alternativa política, algo que con su actual presidenta y portavoz, María Cánovas, no existe, plegada a las órdenes de la diputada nacional Isabel Borrego.

Y qué decir de Vox, el partido de ultraderecha se retrata cada día con su ideología y manifestaciones públicas, con una portavoz, Carolina Martínez, que ha demostrado su incapacidad para entender la gestión municipal, cuyos momentos más importantes se miden por disparates, arrastrando la imagen de Alhama por los programas de humor con afirmaciones como “la libertad de cátedra es para los catedráticos, evidentemente” y “hablando de las residencias de ancianos, me acaban de comunicar que se va a tramitar en el Congreso la ley de la eutanasia”. Cuando creíamos haberlo visto todo, lo grave llegó tras el acto de su partido en Vistalegre, donde tuvo contacto con infectados, debía estar en cuarentena en su casa y, sin embargo, el mismo día que pidió al Ayuntamiento suspender el Pleno al no poder asistir, estuvo de compras por supermercados y charlando (sin mascarilla) despreocupada con otros padres en un colegio de la localidad. Un acto de tal irresponsabilidad que la incapacita para representar incluso a sus propios votantes.

El equipo de Gobierno del Partido Socialista en Alhama, con nuestra alcaldesa Mariola Guevara al frente, ha hecho lo que tenía que hacer, actuando de forma responsable, antes de la pandemia, durante la misma y ahora en la ‘nueva normalidad’. Por primera vez un gobierno con mayoría absoluta se comporta como si estuviera en minoría, buscando consensos permanentemente con el resto de partidos y aprobando aquellas propuestas de la oposición encaminadas al interés general. Hemos redoblado esfuerzos y trabajado con la máxima intensidad para proteger la salud de nuestros vecinos, siendo el primer municipio de la Región que repartió casa por casa kits con mascarillas y guantes a toda la población, cuando era prácticamente imposible conseguirlos. Además, estamos ayudando a pymes y autónomos que se han visto afectados por esta grave crisis, a través de una partida directa de 321.000 euros para quienes habían tenido que echar el cierre. Hemos firmado convenios con las organizaciones sociales del municipio para atender a las familias que más lo necesitan, como Cruz Roja, Cáritas, Proayuda Alimentaria y Comunidad Terapéutica de Las Flotas. Así como otra partida para la contratación directa de personas que han perdido su empleo.

El proyecto socialista continuará en 2021, llevando a cabo cada uno de nuestros compromisos y acometiéndolos cuando la situación lo permita. Aún sin el nuevo Valle de Leiva, ya está en marcha la construcción del tercer pabellón deportivo del municipio, muy próxima la inauguración de la casa de la cultura tras su remodelación integral, el arreglo de caminos, la sustitución de viejas redes de agua potable y saneamiento en barrios y pedanías, la implantación de nuevos programas en materia medioambiental y de protección animal, el cuidado de los espacios públicos, las inversiones en eficiencia energética para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible recogidos en la Agenda 2030, la puesta en valor del mundo rural y la agricultura sostenible, profundizar en una mayor accesibilidad, convertir los parques y jardines en espacios inclusivos, seguir con la renovación de las instalaciones deportivas y la apuesta por la igualdad de oportunidades a través de la defensa de la educación, todo ello procurando garantizar las expectativas de los jóvenes y el bienestar de nuestros mayores, con la máxima transparencia, participación ciudadana y rendición de cuentas. Pero, sin duda, los proyectos de mayor calado serán la recuperación de la historia de Alhama a través de la restauración definitiva del Castillo y la puesta en valor de nuestras aguas termales mineromedicinales mediante la construcción de un centro termal ubicado en el nuevo parque de La Cubana.

Este inicio de legislatura ha sido muy complicado, en septiembre nos vimos azotados por la llegada de la DANA, con la primera alerta roja por lluvias en la Región, que castigó con especial dureza a nuestros vecinos de Los Alcázares y el Mar Menor. Apenas tres meses después, para Navidad, el Ayuntamiento sufrió un ataque informático a gran escala que afectó a su funcionamiento interno, y del que aún se está recuperando. Y, como colofón, la pandemia de la Covid-19, que ha trastocado la vida de todos, dejando desgraciadamente centenares de miles de fallecidos en el mundo entero. A pesar de tantos inconvenientes, el equipo de Gobierno socialista, con Mariola Guevara al frente, sigue adelante con los proyectos comprometidos hasta 2023. Nuestra determinación continúa intacta, porque sabemos hacerlo y lo haremos. Ya lo hemos demostrado, solo hay que ver la Alhama de principios de 2015 y la que tenemos ahora, completamente distintas no solo en modernas infraestructuras y servicios, sino en igualdad de oportunidades y dignidad para quienes más lo necesitan. Nuestro mayor reto es continuar por esta línea, que es la correcta, para conseguir una Alhama aún mejor sin dejar a nadie atrás.

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