El año de las personas valientes

Artículo de Mariola Guevara, alcaldesa de Alhama de Murcia, para Infolínea.

Hay que ser muy valiente para afrontar una pandemia como la que hemos vivido este año, y los vecinos y vecinas de Alhama lo han sido.

En marzo nos vimos obligados a cambiar nuestra vida y nuestras rutinas de un día para otro, atravesando una situación nueva, llena de incertidumbre y sin una salida clara a corto plazo. De pronto dejamos de poder abrazar a nuestros amigos y familiares y, en el peor de los casos, perdiendo injustamente a algunos de ellos a consecuencia del maldito virus.

A pesar de ello, los alhameños han seguido luchando sin rendirse. Quiero poner en valor a nuestras pymes y autónomos, en especial al comercio de proximidad, a bares y restaurantes, cuyos negocios se frenaron en seco teniendo que bajar la persiana en muchos casos, viéndose señalados en medio de esta situación cuando nunca han sido culpables de ella.

Para hacer frente a la grave crisis sanitaria, económica y social que se generó, centramos nuestros esfuerzos en colaborar y ayudar a estos sectores, así como a proteger a las personas afectadas, en especial a las más vulnerables. Fruto de ello fue el histórico acuerdo de la gran mayoría de fuerzas políticas municipales para aprobar un paquete de medidas por valor de 860.000 euros para atender de inmediato a quienes peor lo estaban pasando. Hoy reivindico aparcar las luchas de poder y recuperar ese espíritu constructivo y de unidad para superar esta situación, sin dejar a nadie atrás.

El trabajo de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad ha sido ejemplar por su entrega y profesionalidad, velando siempre por el cumplimiento de las normas para proteger a la población. También la labor de las organizaciones de voluntariado y bancos de alimentos por su dedicación, tiempo y recursos, así como tantas personas anónimas, empresas y entidades que han realizado donaciones con una gran generosidad.

Durante los meses más duros del confinamiento, los trabajadores de sectores esenciales han permanecido en sus puestos para garantizar los suministros. De igual modo, los profesionales de la limpieza llevan desde marzo desinfectando a diario el casco urbano y las pedanías para controlar la propagación del virus. Mi reconocimiento a todos ellos, así como a las empresas concesionarias de servicios municipales y a los empleados públicos, que no han interrumpido su labor y han redoblado esfuerzos para procurar la atención y protección a todas las personas.

Los profesionales sanitarios han sufrido en primera persona el embate de la pandemia, luchando y arriesgando su vida para salvar la de los demás. Ellos, junto al personal de las residencias, cuidadores y cuidadoras de personas mayores y dependientes representan lo mejor de nuestra sociedad.

En el otro lado, corríamos el riesgo de que los más pequeños fueran los más vulnerables, pero el trabajo en cada hogar para entretenerles y que se adaptaran a la nueva situación ha sido modélico. Como la vuelta a los centros educativos por parte de los equipos directivos y del personal docente, primando siempre la seguridad de los más pequeños y la suya propia. 

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