Artículo de Nuria García para Siete Días
Con estas formas de actuar, el PP está degradando la política y las instituciones que son -o deberían ser- de todos. Cada día es más necesario articular una mayoría social capaz de recuperar la democracia en nuestra Región y encaminarla por la senda de progreso económico y social.
Dice el artículo 2 del capítulo III del Estatuto de Autonomía que la Asamblea Regional representa al pueblo de la Región de Murcia. Aspecto que dejó de ser cierto en el momento en que la camarilla dirigente del PP decidió saltarse todas las normas establecidas y dedicarse a promover el transfuguismo y a comprar diputados, quebrantando la voluntad del pueblo expresado en las urnas, con único objetivo de intentar perpetuarse en el poder al más puro estilo del caudillismo caribeño.
No contentos con esa vergonzosa maniobra, ahora la banda dirigida por Teodoro García Egea y su representante en la Región, el lorquino López Miras, ha dado un paso más en su marcha hacia el totalitarismo, aprobando con los votos de los tránsfugas una ley para beneficiar a una sola persona, a él mismo. Sin ni siquiera escuchar al resto de diputados y diputadas de los distintos grupos parlamentarios que representan a una parte muy importante de los vecinos y vecinas.
Un gobernante tiene la obligación de tratar de buscar acuerdos y consensos para legislar en beneficio de la mayoría de las personas que residen en el lugar que le toca administrar.
La Región de Murcia no es un territorio tan grande, y por ello no debería ser muy difícil tratar de alcanzar consensos y acuerdos para el buen gobierno de esta tierra. Algo que permitiría una convivencia armónica en la que se respetase la soberanía del pueblo. Para que puedan darse consensos se requieren actitudes tales como el reconocimiento de la posibilidad de otros tengan criterios, valores y opiniones diferentes de las propias, pero parece que la derecha murciana dejó de creer en ello hace tiempo -si es que alguna vez lo hizo-, instaurando una forma de hacer política repulsiva basada en el chulesco ordeno y mando “porque me da la gana y tú te callas”.
Así, con el único apoyo de sus tránsfugas, han procedido a liquidar la limitación de mandatos que afectaba al presidente de la Comunidad Autónoma y que se aprobó en 2014 por unanimidad en la Asamblea Regional. Conviene recordar que fue a propuesta del PP, pero era en tiempos en los que mandaba Alberto Garre, un presidente que, aun siendo del Partido Popular y nada sospechosos de izquierdista, fue rápidamente defenestrado por no ser del agrado de la banda que actualmente ocupa el poder en la Región.
En aquel momento se logró el consenso, por ello creo que este tipo de leyes no se deberían derogar sin un amplísimo acuerdo. La limitación de mandatos habría que blindarla en el Estatuto de Autonomía, pero el PP de López Miras y los tránsfugas han hecho una tramitación exprés sin ninguna propuesta de consenso previo al resto de partidos. Al igual que hicieron con los presupuestos regionales para este 2021, donde además de presentarlos tarde y mal, se los guisaron y aprobaron ellos solos sin tener en cuenta las propuestas del resto de grupos parlamentarios.
Con estas formas de actuar, el PP está degradando la política y las instituciones que son -o deberían ser- de todos. Cada día es más necesario articular una mayoría social capaz de recuperar la democracia en nuestra Región y encaminarla por la senda de progreso económico y social, algo que pasa inevitablemente por sacar del Gobierno autonómico a esta gente sin escrúpulos ni principios morales, cuyo único proyecto es aquel que les beneficie a ellos y a sus amigotes.
Y, por cierto, en el momento en que el PSRM-PSOE dirija las instituciones regionales, promoverá restituir el límite de mandatos del presidente de la Comunidad tal y como se aprobó con consenso y unanimidad en 2014.
