Reflexiones de un curso escolar atípico

Artículo de María José López, concejala de Educación, para Infolínea

El pasado 19 de mayo se celebró una mesa redonda dentro de las VII jornadas ‘Una educación para el siglo XXI, miradas desde las ciencias y las artes’, donde intervinieron representantes de toda la comunidad educativa y disertaron sobre la realidad que vivimos bajo el título ‘La educación en tiempos de la Covid-19. Repercusiones para la comunidad escolar’, donde llegaron a conclusiones bastante relevantes.

Los directores de los centros educativos presentes resaltaron fundamentalmente el comportamiento de los niños y niñas, ejemplar, adquiriendo una autodisciplina inusual. En los primeros compases de la pandemia la brecha entre el alumnado se dejó notar en los centros menos digitalizados, pero se adaptaron a la nueva situación con una asombrosa rapidez; al igual que redescubrieron espacios al aire libre y actividades adaptadas a los mismos, relacionadas con el medio ambiente.

La representante de los padres/madres remarcó la dureza del curso escolar tras una decisión de la Comunidad Autónoma que -para ellos- fue la peor de las opciones: la semipresencialidad. Los niños y niñas se tenían que quedar un día en casa, con los quebraderos de cabeza que esto conlleva para los progenitores que trabajan, y todo ello sin que la consejería pusiera a su disposición el más mínimo recurso para poder conciliar la vida laboral y familiar. Los escolares perdían materia, especialmente en los cursos más avanzados, y dejaban también atrás hábitos de estudio adquiridos, provocando desigualdad y falta de motivación, favoreciendo el absentismo. Un verdadero desastre.

Esta situación ha provocado una sobrecarga de trabajo que ha repercutido directamente en toda la comunidad educativa. ¿Tan difícil era garantizar la presencialidad disminuyendo ratios y contratando a más profesorado? Esto es algo que siempre hemos defendido desde Alhama, sin escatimar recursos cuando existe una situación extrema.

La conciliación es básica para el bienestar de una familia, lo tuvimos claro desde el principio y ha quedado demostrando estos últimos seis años con toda una batería de programas y proyectos, como el servicio de proximidad matutino y las escuelas en épocas vacacionales. Apuestas ambiciosas que no hemos dejado de hacer, aun estando en pandemia, siguiendo todos los protocolos sanitarios, a petición de los padres y madres que lo necesitaban, con el objetivo irrenunciable de no dejar a nadie atrás. Una frase que no por mucho repetirla pierde su fuerza.

Durante el curso que acaba la consejería de Educación nos ha impuesto un sistema muy alejado de la realidad, que hemos intentado paliar con todos nuestros recursos, y seguiremos trabajando para intentar que el próximo sea mejor. Antes, este verano, volvemos a poner en marcha la escuela de conciliación estival con las mismas ganas e ilusión.

También te puede interesar