Artículo de Felipe García, concejal del Grupo Municipal Socialista de Alhama, para Infolínea.es
Ya han transcurrido prácticamente ocho meses desde el inicio de la gestión política municipal y lamentablemente, los pronósticos se confirman. El estilo prepotente y populista de la nueva alcaldesa ha impregnado la política local con insultos, odio, rencor, victimismo, incapacidad y mentiras constantes. Inmersa en una realidad paralela, pretende hacernos comulgar con ruedas de molino de manera descarada, con soberbia y endiosada. Basta con observar los plenos del Consistorio en los últimos meses para conocer su autoritarismo: “Cállese, que está hablando la alcaldesa de Alhama de Murcia”, le soltó a mi compañero Antonio. Faltaría más, su señoría. Y para infundir miedo, se esconde en la Policía Local y ordena que el jefe de dicha institución armada esté presente de manera permanente en cada pleno, aguantando horas y horas de pie inmóvil, justificándolo bajo la necesidad de proteger a las autoridades municipales, cuando en realidad busca constantemente un espectáculo convertido en esperpento. Para respaldar esta afirmación, la regidora municipal tiene donde fijarse, como el Ayuntamiento de Molina de Segura. Uno de los episodios más vergonzantes fue el intento de expulsar a una vecina por expresar su rechazo a la eliminación de la concejalía de Igualdad. Así es como actúa el PP. Y eso es lo que busca María Cánovas, forzar una escena en la que el jefe de la Policía tenga que desalojar a alguno/a de los concejales socialistas.
Fue suficiente con el inicio de la legislatura para darse cuenta de que, en contra de todo lo prometido por el Partido Popular en campaña, los sueldos del nuevo Gobierno municipal suponen un gasto mayor que el anterior equipo socialista. Han duplicado los cargos de confianza, colocando a dedo a una candidata de Alham@Una como pago al apoyo necesario de este grupo, así como la incorporación de la ultraderecha.
No hay un rumbo claro para nuestro municipio. Durante la campaña electoral, copiaron los verdaderos proyectos transformadores que el PSOE había comprometido con todos los vecinos/as. Una vez en el poder, de manera desvergonzada, se dedican a devolver subvenciones millonarias y a destruir inversiones y políticas de carácter social que se habían implementado durante los últimos ocho años, logrando una transformación en el plano social con mejores servicios educativos, de conciliación y de protección a las personas y colectivos más necesitados, así como el fortalecimiento del tejido productivo municipal con más y mejor empleo.
Desgraciadamente, existen pocas expectativas de cambio a mejor. El verdadero problema es que no tienen ideas, solo rencor y desconfianza. Sin rumbo ni alternativas, han demostrado su incapacidad para presentar proyectos y políticas sociales útiles, limitándose a vivir de las rentas y vendiendo logros que no son suyos.
Tendremos superávit acumulado de, al menos, 10 millones de euros gracias a los presupuestos socialistas, incluido el de este año. Paradójicamente, a consecuencia de la inacción, sin inversiones y sin gasto adecuado de recursos en políticas útiles, pretenderán venderlo como una buena gestión. Así cualquiera.