El Ayuntamiento de Murcia abre sus ventanas a la democracia

Artículo de Nuria García para Siete Días Alhama

La capital de la Región ya tiene un gobierno libre de corrupción, transparente y dirigido por un equipo centrado en trabajar para mejorar la vida de todos los vecinos y vecinas del municipio, incluyendo a las pedanías, dirigido por el alcalde socialista José Antonio Serrano, una persona que tiene suficientemente demostrada su honradez y su valía personal, profesional y política.

El pasado jueves 25 de marzo de 2021 pasará a la historia del municipio de Murcia y de nuestra Región como el día en el que después de veintiséis años por fin se abrían las ventanas para dejar entrar el aire fresco. Una brisa que limpiará el ayuntamiento de la capital de la corrupción y del oscurantismo con el que el PP a venido manejando los destinos y los dineros de los murcianos, creando una red clientelar y de compra de voluntades mediante favores que se extendía a toda la Comunidad Autónoma.

El cambio no ha sido fácil, entre otras cosas porque a lo largo del tiempo, desde esos despachos que la derecha ya consideraba como una propiedad particular, se fue tejiendo una compleja tela de araña que va a ser muy difícil de desmontar. Hasta el último instante han tratado de evitar tener que embalar sus efectos personales, claro que para ellos esos objetos eran todos los existentes en el edificio, incluido el propio edificio. Hasta el punto de que el nuevo alcalde, José Antonio Serrano, al tener conocimiento de que desde primera hora de la mañana se estaban sacando cajas con documentación de varias dependencias municipales, tuvo que pedir a la Policía Local que custodiase todas las dependencias del Ayuntamiento.

Y qué decir de bochornoso espectáculo que se ha dado a toda España por el hecho de que los concejales de Ciudadanos que habían anunciado su apoyo a la moción para desalojar al PP del gobierno de la ciudad, tuviesen que salir de la Región y aislarse para evitar las presiones brutales a las que se vieron sometidos para que se deshiciesen de los acordado y cambiasen el sentido de su voto. Algo que, para vergüenza de los murcianos, sí consiguieron los populares en la Asamblea Regional comprando diputados tránsfugas para que López Miras, con sus aliados de la extrema derecha, pudiese seguir campando a sus anchas en la presidencia de la Comunidad.

Algo que dice muy poco a favor de la credibilidad democrática de los dirigentes de un partido que se las da de “constitucionalista”, pero que cuando ven que pueden perder -de forma democrática, claro- su “cortijo” y su negocio, ponen en marcha todos los mecanismos de la corrupción que han aprendido y utilizado durante años. Fomentando la peor de las practicas que puede haber en un estado social y de derecho, como es el transfuguismo mediante el chantaje o la compra de voluntades pagadas con dinero público. Práctica ésta que debe ser rechazada por todas las personas de buena fe, sean de derechas o de izquierdas, y especialmente por la salud democrática de la sociedad murciana y española.

Es por ello que desde todas las instituciones se deberían adoptar medidas tendentes a evitar la legitimación y la normalización social del transfuguismo implantando con el mayor de los descaros por el Partido Popular. Cualquier cargo público con un mínimo de decencia política, incluidos los del PP, sin perjuicio del normal funcionamiento de las instituciones y de la necesaria cooperación y coordinación interadministrativa, y bajo el principio de lealtad institucional, tendría que mostrar a los consejeros tránsfugas del gobierno de López Miras su desprecio a esos comportamientos corruptos.

Había razones más que sobradas para desalojar al PP de los despachos del ayuntamiento de la capital, y seguramente muchas más que iremos conociendo en las próximas semanas. Era la única manera de comenzar la regeneración que la Región de Murcia necesita, convirtiendo el edificio de la Glorieta en un espacio libre de corrupción, transparente y dirigido por un equipo de Gobierno centrado en trabajar para mejorar la vida de todos los habitantes del municipio, incluidos los de las pedanías, dirigido por el alcalde socialista José Antonio Serrano, una persona que tiene suficientemente demostrada su honradez y su valía personal, profesional y política. Valores que pondrá en práctica desde el Ayuntamiento de Murcia, dando ejemplo de que se puede gobernar honradamente, tal y como están haciendo los alcaldes y alcaldesas socialistas de otros municipios, como en el caso de Alhama

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