El rechazo de una palabra: FEMINISMO

Artículo de Nani Navarro, concejala de Igualdad, para Infolínea.

Este 8 de marzo de 2021 todavía me asaltan ciertas dudas, cuando escucho a mi alrededor a personas decir que no existe desigualdad, que no son feministas, pero lo que más me sorprende es cuando me dicen que tampoco son machistas y que están totalmente en contra de esas actitudes.

También es muy usual escuchar aquello de “yo no soy feminista, yo no odio a los hombres”. Por supuesto, ni el feminismo tampoco.

Quizás no lo he entendido bien, veamos, si el término ‘feminismo’ es según la RAE: 1. Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad de derechos reservados antes a los hombres. 2. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.

Y si ‘machismo’ es según la RAE: 1. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres. 2. Forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón. En la designación de directivos de la empresa hay un claro machismo.

Entonces, ¿es que el hombre ha tenido ciertos derechos reservados que se le negaban y se le siguen negando a las mujeres? Y si es así, ¿esto quiere decir que existen ciertas desigualdades? Es más, entonces ¿feminista es toda aquella persona que defiende la igualdad entre mujeres y hombres? Porque en ese caso es incomprensible tanta ‘revolica’ por parte de algunos o algunas negacionistas con este término.

Quiero entender que cualquiera que tiene hijos e hijas, nietos y nietas, hermanos y hermanas, etc., lo que quiere para todos es que se les trate de la misma manera, es decir de manera igualitaria, con los mismos derechos y obligaciones, al menos eso es lo que siempre me han enseñado en casa.

Pues si esto es así y feminismo es igualdad entre personas, dejémonos de tanta hipocresía y cinismo, dejémonos de tergiversar el significado de las palabras y, al igual que si una puerta es una puerta y no decimos que es un camión, tampoco lo hagamos con lo demás, llamemos a cada cosa por su nombre.

Creo que nuestras hijas e hijos no merecen seguir creciendo en un mundo lleno de injusticias y desigualdad, sino que trabajemos en el camino hacia la igualdad. ¿A qué me refiero? Pues a una sociedad sin brecha salarial por el mismo trabajo, pudiendo ascender a puestos directivos por mérito y capacidad, a un mundo sin mutilación genital, sin posibilidad de matrimonio precoz, al derecho a decidir sobre la natalidad y sobre nuestro cuerpo sin consentimiento de nadie, y en especial a la reprobación de las conductas y violencias sexuales que tanto miedo, sufrimiento y muertes provocan cada año a miles de mujeres en el mundo, algunas de ellas muy cercanas, más de lo que creemos.

Quiero terminar con dos frases que he leído durante estos días en diferentes artículos, dos frases muy típicas en una jerga bastante patriarcal y machista: “Ni las cosas son así, ni ellas nacieron para eso”.

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