La trama de las vacunas

Artículo de Nuria García para Siete Días Alhama

Todo parece indicar que nos encontramos ante un caso de corrupción perfectamente organizado por la derecha regional

Mas de un cuarto de siglo ostentando el poder absoluto en la Región de Murcia ha propiciado que la derecha murciana se haya autoarrogado una especie de patente de corso para hacer sus chanchullos y corruptelas con total impunidad.

Cuando se les pilla en algún trapicheo y no tienen más remedio, piden disculpas y todos tan felices a seguir con los trapicheos. Y si la cosa es muy gorda y no hay manera de taparla, como es el caso de las más de cuatrocientas dosis de la vacuna contra la Covid-19 distribuidas de manera irregular entre altos cargos y personal de la consejería de Salud se dimite al consejero, eso sí, cuando la presión política y social hacía ya insostenible su permanencia en cargo, presentándolo poco menos que como un mártir y un ejemplo de dignidad. Algo poco creíble, sobre todo si se tiene en cuenta que fue cesado unas pocas horas después de proclamar a los cuatro vientos que dimitir no entraba en sus planes. Con eso el presidente de la Comunidad Autónoma y máximo responsable del PP regional pretendía dar por cerrado el debate, según sus propias palabras.

Lo que sucede es que no nos encontramos ante un caso puntual, lo cual, aún con toda la gravedad que reviste el asunto, siendo generosos y concediéndole el beneficio de la duda, podría intentar solventarse con la dimisión del consejero y algún que otro alto cargo de la consejería.

El problema es que durante el escaso tiempo que llevamos de esta legislatura, por no remontarnos más, nos encontramos con un total descontrol por parte del Gobierno de López Miras en la gestión de los asuntos y los dineros de todos los vecinos y vecinas de la Región. Lo que parece que hay en su Ejecutivo es un estudiado y bien diseñado plan para desmantelar todos y cada uno de los servicios públicos y que unos pocos amigotes hagan negocio a costa de la salud de los murcianos.

Y es que los tejemanejes -por no decir corruptelas- de la derecha murciana darían para más de un libro, pero hoy recordaré sólo este episodio inaceptable de la consejería de Salud y de sus tropelías más recientes.

Así, nos encontramos recientemente con el llamado macro contrato de las ambulancias donde se ideó un sistema para adjudicar el servicio de transporte de enfermos en ambulancias a una empresa que no contaba ni con uno solo de estos vehículos, en menoscabo de las pequeñas empresas y de los trabajadores que llevaban años prestando un servicio bastante satisfactorio para todos los usuarios y usuarias.

Y qué decir de los dos millones de euros adjudicados con una empresa cuyo propietario es un exconcejal del PP para la contratación de rastreadores para la Covid-19. Ello después de despreciar a los rastreadores militares que el Gobierno de España puso a disposición de las Comunidades Autónomas, y ningunear a los rastreadores que habían formado y preparado los distintos ayuntamientos, entre ellos el de Alhama.

Para terminar de colmar el vaso nos encontramos con este escándalo de las vacunas, donde se han saltado todos los protocolos y desviado las dosis que debían ir para nuestros mayores y para el personal sanitario de primera línea, repartiéndoselas, hasta donde sabemos de momento, entre altos cargos y personal de la consejería de Salud.

Así pues, lejos de estar ante un hecho puntual, ni siquiera ante una falta de control de las vacunas, todo parece indicar que nos encontramos ante una trama perfectamente organizada por la derecha regional, que viene actuando con total impunidad desde hace más de 25 años desde los despachos de una Comunidad Autónoma corrompida y necesitada de un cambio de rumbo urgente.

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