López Miras y Teodoro García siguen sin dar explicaciones por saltarse las listas de espera de la sanidad pública

Artículo de Nuria García para Siete Días

No creo que nadie esté en una lista de espera para una intervención quirúrgica por capricho, y la sanidad que pagamos todos tiene protocolos para valorar si una intervención es más urgente que otra. Pero lo que no es de recibo es utilizar el poder que te da un cargo político para saltarse todas las normas habidas y por haber, sin ningún temor a que nadie te censure tu actitud simplemente porque tienes bien amarrados todos los resortes del poder.

La sanidad murciana arrastra desde hace años varios problemas endémicos, uno de ellos es el de las listas de espera, algo que hemos sufrido la mayoría de los murcianos y murcianas directamente o algún familiar. Y digo la mayoría porque está claro que si eres familiar o amigo de la mano derecha de Pablo Casado, o te llamas Teodoro García Egea y además el presidente de la Comunidad Autónoma te debe el gran favor de que le ayudases en lo de la compra de diputados para mantenerse en el poder, la cosa de las listas de espera en la sanidad regional no va contigo ni con tu familia.

Han pasado ya varias semanas desde que se descubriese el tejemaneje que se llevaban López Miras y Teodoro García para saltarse la listas de espera para que un cardiólogo atendiese a un familiar del de Cieza y para que -posteriormente- se le realizase una intervención quirúrgica en la Arrixaca, sin que ninguno de los implicados ni ningún responsable del Gobierno regional ni del Servicio Murciano de Salud haya dado la más mínima explicación.

Cuando se hicieron públicos los mensajes entre los dos dirigentes del PP la respuesta del partido fue que se trataba de una conversación privada obtenida ilegalmente, incluso parece que llegaron a poner una denuncia contra el medio que la difundió.

Curiosa respuesta la de un partido que en no pocas ocasiones ha usado y abusado de conversaciones privadas de miembros de otras formaciones políticas, y que las ha difundido sin el menor escrúpulo para intentar desacreditar a sus oponentes. Y si eso fuese poco, quiero recordar los asuntos judiciales en los que el partido de López Miras y Teodoro García están inmersos como consecuencia de haber usado recursos del Estado para espiar, sustraer información y quién sabe cuántas cosas más.

Pero volviendo al caso que nos ocupa, recuerdo que unos días después de publicar en este medio mi opinión acerca del asunto de tráfico de influencias para saltarse las listas de espera entre los dos pesos pesados de la derecha regional, alguien me dijo que esperaba que cuando se demostrase que lo publicado era mentira pidiese disculpas a los implicados. No sé qué dirán ahora que ya ha quedado fehacientemente demostrado que todo lo dicho era cierto, y que los mandamases de la derecha murciana y española se pasan por el forro las listas de espera y todos los protocolos de la sanidad, y seguramente solo es la punta del iceberg.

Era sabido que para el PP la Región no es más que un cortijo particular en que unos pocos hacen y deshacen a su antojo, pero esta vez creo que se han pasado. Hay cosas que una persona con un mínimo de decencia no ya política, sino personal, debería respetar. López Miras y Teodoro han demostrado con este hecho que no tienen ningún respeto por las personas a las que dicen representar.

No creo que nadie esté en una lista de espera para una intervención quirúrgica por capricho, y la sanidad que pagamos todos tiene protocolos para valorar si una intervención es más urgente que otra. Pero lo que no es de recibo es utilizar el poder que te da un cargo político para saltarse todas las normas habidas y por haber, sin ningún temor a que nadie te censure tu actitud simplemente porque tienes bien amarrados todos los resortes del poder. Eso es lo que han hecho en esta ocasión, porque les han pillado. ¡En cuantos chanchullos estarán metidos sin que lo sepamos! Visto lo visto en muchos, y ahí siguen en sus cargos, sin dar explicaciones, ni siquiera pedir perdón a las personas que estaban antes en la lista de espera que se han saltado sin ningún miramiento.

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