¿Puntos violeta? SÍ.

Artículo de Nani Navarro, concejala de Igualdad, para Infolínea

Cada vez son más los municipios que se unen a las campañas de los puntos violetas en sus fiestas. Son espacios que no tienen un protocolo único de actuación, pero sí comparten unas líneas comunes de actuación, como son la ayuda inmediata ante los casos de agresiones sexuales, acoso o violación que, por desgracia, aún se siguen produciendo en nuestro territorio nacional y en eventos con gran afluencia de personas.

Basta con dar un dato: en el 73% de las violaciones, la víctima conocía al agresor, frente a la idea de que las agresiones sexuales se producen en espacios con poca gente y por desconocidos.

Estos puntos se pusieron en marcha con el propósito de visibilizar la gravedad de las violencias machistas y sus múltiples formas, pero sobre todo para dar información y asesoramiento de cómo actuar ante una agresión sexual y dónde poder dirigirse, tanto si se ha presenciado una agresión, como si es una víctima.

Otro aspecto importante de la labor desempeñada por los/las profesionales y voluntarios que normalmente desempeñan estas acciones es sensibilizar y concienciar a la sociedad, ya que cualquier vecino o vecina puede aportar su granito de arena para erradicar la violencia contra las mujeres y conseguir que nuestros pueblos y ciudades sean lugares seguros para quienes vivimos en ellas, así como para quienes nos visitan.

Los espacios violetas están enfocados -principalmente- a la población más joven; tanto nuestros chicos como nuestras chicas quieren divertirse por igual en las fiestas, siendo ese el objetivo también desde el área de Igualdad del Ayuntamiento, que las fiestas sean realmente un espacio de libertad y diversión, pero siempre bajo el respeto. Donde las mujeres puedan sentirse libres, sin miedo.

Es importante recordar que uno de los motivos para no denunciar las agresiones es precisamente el miedo, sobre todo a lo que pensará la gente, por lo tanto, es primordial recordar siempre que una agresión nunca es culpa de la víctima, sino del agresor.

Ojala más pronto que tarde estos puntos violeta, junto con otras muchas iniciativas, sean parte de nuestros recuerdos, pero la realidad a día de hoy es bien distinta, de momento debemos seguir tomando conciencia y educando a las generaciones futuras en esa igualdad real y efectiva.

La igualdad no es una opción, es un derecho.

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