Artículo de Nuria García para Siete Días Alhama
No hay excusas válidas para justificar el hecho de que en la Región estemos diez puntos por debajo de la media nacional en el proceso de vacunación. Como tampoco las hay para decir que estamos sin herramientas legales para controlar la evolución de la pandemia en las próximas semanas o meses.
Este pasado domingo acabó el estado de alarma y -curiosamente- los mismos que criticaron al Gobierno de España por decretarlo, son los que ahora lo critican por levantarlo. Es una nueva evidencia de que, para la derecha, criticar e intentar desgastar al Ejecutivo central es más importante que la salud de los españoles.
El estado de alarma, aunque impopular y nada deseado por nadie, ha demostrado ser una herramienta eficaz para tratar de contener la expansión del virus, hasta que las vacunas estuviesen listas y una parte importante de la población se encontrase inmunizada. Ahora se abre un nuevo tiempo de ilusión y esperanza que requerirá de la responsabilidad colectiva para vencer definitivamente a la enfermedad.
Y cuando hablamos de responsabilidad no podemos dejar de mirar al Gobierno de tránsfugas y antivacunas de López Miras, que tiene la obligación de dejarse ya de monsergas y dedicarse a vacunar, son los únicos responsables de que la Región de Murcia esté a la cola del país en ritmo de administración de dosis. Un proceso que desde su inicio ha estado marcado por el descontrol, salpicado de escándalos y retrasos, y qué decir de forzar desplazamientos innecesarios de muchas personas hasta la capital.
Mientras los mandamases de la Comunidad Autónoma se empeñan en seguir con su política de confrontación y de culpar a los demás de su incapacidad para gestionar el proceso de vacunación, nos encontramos con que en los frigoríficos de Salud Pública hay más de 130.000 vacunas que deberían estar en los brazos de los hombres y mujeres de la Región de Murcia, lo que haría que todos estuviésemos más seguros en la nueva etapa que acaba de comenzar.
No hay excusas válidas para justificar el hecho de que en la Región estemos diez puntos por debajo de la media nacional en el proceso de vacunación. Como tampoco las hay para decir que estamos sin herramientas legales para controlar la evolución de la pandemia en las próximas semanas o meses.
Otras comunidades autónomas han hecho los deberes y están perfectamente preparadas para garantizar la adopción de medidas de seguridad para la población, tal vez porque esos gobiernos se han dedicado a vacunar, trabajar y no a criticar. Otro tanto podríamos decir de las ayudas que el Gobierno de España ha destinado a la Región, ciento cuarenta y dos millones de euros directos para nuestros autónomos y empresas, que López Miras y sus tránsfugas están retrasando de forma intencionada.
En todo este tiempo los alcaldes, alcaldesas, concejales y concejalas del PSRM-PSOE han dado, y seguirán dando, una lección de lealtad institucional y de voluntad para colaborar, ofreciendo espacios para la vacunación masiva, porque vacunar es salud, economía y empleo. Lealtad que en ningún momento ha sido correspondida por quienes han preferido la bronca permanente con la única intención de intentar mantenerse en el poder al precio que sea.