Artículo de María José López, concejala de Educación, para Infolínea
El día 6 de septiembre dio comienzo el curso escolar 2021-2022 en educación infantil y primaria. De la incertidumbre y desconcierto del año anterior, hemos pasado a la esperanza, donde el avance de la vacunación es un paso clave para recuperar lo antes posible esa normalidad que tanto deseamos.
La Orden de 29 junio de 2021 de las consejerías de Educación y Salud de la Comunidad Autónoma que regula la vuelta a las aulas, resalta que se realizará “posibilitando la máxima presencialidad y en un entorno seguro y saludable”. También establece las medidas higiénico sanitarias que los centros educativos deben aplicar a través de sus planes de contingencia, un trabajo realizado por los equipos directivos que -aunque tenían la experiencia del año pasado- han estado elaborando escrupulosamente para cumplir la normativa, la misma que se salta la consejería de Educación en cuanto a medidas organizativas. Si lo que se pretende es un entorno seguro y saludable deberían contratar maestros/as de refuerzo Covid para que se pudiesen desdoblar grupos, y así bajar la ratio y poder guardar la distancia de seguridad. Pero ya han anunciado que esta medida eficaz no se va a producir, el Gobierno regional no va a contratar más docentes de refuerzo, incumpliendo así sus propias normas.
Si apuntamos a la desinfección extraordinaria, según la citada Orden, dictamina la “limpieza una vez al día en todas las dependencias en uso del centro, reforzándola en aquellos espacios que la precisen”. Esto significa que las medidas sanitarias que se exigen implican un refuerzo en la limpieza por las mañanas durante el horario escolar, que supone un gasto extraordinario que no está dispuesto a asumir la Comunidad Autónoma. De nuevo, un curso más, será el Ayuntamiento el que tenga que hacerse cargo de esta tarea, con el menoscabo económico que supone para los presupuestos municipales. Se ha convertido en una costumbre el que debamos asumir competencias impropias, y cada día más, especialmente en materia educativa y en bienestar social. No obstante, y por responsabilidad, desde el equipo de Gobierno liderado por Mariola Guevara le haremos frente, igual que el pasado año; aun sin ninguna ayuda no nos echaremos atrás, pues queremos que los colegios sean lugares lo más seguros posibles.
Todas estas necesidades están derivadas de la situación provocada por la pandemia, por lo que deben ser financiadas por la Comunidad Autónoma, sabiendo que está recibiendo dinero para ello parte del Gobierno de España. Un dinero que debería estar repartiendo entre los 45 municipios y del que no hemos visto un euro. ¿Cómo se puede entender que una administración regional como la de Murcia haga caso omiso a su responsabilidad, y más cuando se trata de un área -educación- cuyas competencias tiene reconocidas en el Estatuto de Autonomía?
Seguiremos exigiendo a la consejería que garantice la calidad educativa en nuestros centros, algo que hoy por hoy está muy lejos de sus prioridades.
