De la libertad de cátedra a la xenofobia

Artículo de Nani Navarro, concejala de Igualdad

El pasado fin de semana, coincidiendo con la inauguración de unas nuevas instalaciones para riego en La Costera, el delegado del Gobierno en la Región, José Vélez, y la alcaldesa de Alhama, Mariola Guevara, a preguntas de los medios de comunicación, aclararon por enésima vez que en nuestro municipio no existe un problema de inseguridad ciudadana ni tampoco de convivencia. Se trata de un debate artificial e interesado que solo busca hacer saltar por los aires nuestra sociedad mediante la confrontación entre semejantes. Y es que es innegable el uso perverso que se ha hecho de varios sucesos sin relación entre sí -los mismos que pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier otro lugar- para lanzar por parte de la ultraderecha mensajes de odio de todo tipo. El penúltimo capítulo de esta ficción es el anuncio de una manifestación que, camuflada como plataforma vecinal, convocan los dirigentes de Vox. Y el colmo de la insolencia y la bajeza moral más absoluta es contextualizarla con unas imágenes que mezclan titulares de prensa sobre algunos de los citados sucesos y una foto de la alcaldesa con dos mujeres de otras nacionalidades en el acto del Día Mundial de la Diversidad Cultural. La portavoz de este grupo radical, Carolina Martínez, escribía: “Los socialistas alhameños quieren hacer alarde de inclusión, pero si de verdad sus políticas lo consiguieran los niños procedentes de otras culturas no se pegarían hasta dejar al otro casi inconsciente”. Si en los últimos siete años no ha habido problemas de este tipo en el municipio aplicando las mismas políticas, ¿no será que ahora, a falta de un proyecto creíble, la extrema derecha utiliza un discurso populista y manipulador, con el objetivo de conseguir réditos electorales? Llevan tiempo articulando mensajes que, si no fuera por lo peligrosos que resultan puestos en práctica, hasta podrían sacarnos una carcajada, por lo ridículos que son. Lo que pretende la ultraderecha en España, en la Región de Murcia y también en Alhama es sembrar un miedo irreal entre la población repitiendo una y otra vez que “hay inseguridad en las calles”, proponiendo medidas represivas y llenar los barrios de armas, tratando además de quebrar la convivencia señalando a un sector muy concreto de la población, en lugar de sumar para seguir mejorando nuestra ciudad. Todo ello, además, envuelto en la premisa de que nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no disponen de medios suficientes. Otra vil mentira, con la que además dañan la imagen y el impecable trabajo que realizan estos profesionales. Términos como ‘inclusión’, ‘igualdad’ o ‘diversidad’ no son un adorno, sino que hacen referencia a derechos y políticas que se vienen aplicando en pro de la convivencia que hoy disfrutamos, y que ha costado mucha sangre, sudor y lágrimas poder conseguir. Los herederos del totalitarismo que durante 40 años nos castigó sin esos derechos emplean ahora los mismos eslóganes que entonces, intentando una vuelta al pasado, al miedo, a la represión, a la mentira y a la incultura, armas para amedrentar a la población, en especial a los más vulnerables, con el único objetivo de poner a las élites acomodadas al servicio de un poder rancio y abolengo, el fascismo en su estado más puro. Los derechos son revisables y mejorables, pero no podemos permitir que sean reversibles. Esos dirigentes tienen en su punto de mira la violencia de género, y es que saben que negándola, ocultando los cadáveres de cientos de mujeres y la terrible situación que tienen muchas otras y sus hijos, es más fácil conseguir los objetivos que persiguen. Si borran del mapa a la mujer, solo les queda el otro 50% de la población a la que someter. Una sociedad que avanza es aquella que se rige por unos principios como el entendimiento, la integración, el conocimiento, la cultura y el respeto, sobre todo el respeto, donde la pluralidad y la diversidad es su mayor riqueza. En ello venimos volcando todos nuestros esfuerzos y así seguiremos.

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