Igualdad para un cambio social real

Artículo de Alicia Martínez, concejala del Grupo Municipal Socialista de Alhama, para Infolínea.es

El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Una fecha en la que se hace más visible la denuncia de estas agresiones que se ejercen sobre las mujeres de todo el mundo, y por las que se reclaman políticas efectivas en todos los países para su erradicación.

La violencia de género no se limita solo al ámbito físico o sexual, sino que también incluye violencia emocional, económica y psicológica. Debemos reconocer y denunciar las distintas formas de violencia que afectan a las mujeres, ya que todas ellas se basan en desigualdades estructurales de poder y en la discriminación de género.

Es fundamental que, tanto responsables públicos como ciudadanos de a pie, trabajemos de manera conjunta para rechazar esta lacra en todas sus formas. Debemos reforzar nuestros sistemas de apoyo a las víctimas, garantizando su acceso a la protección y a la justicia.

A nivel municipal hay que destacar, especialmente, la labor del CAVI, un servicio de atención integral para mujeres en situación de violencia de género, infligida por su pareja o expareja. Está formado por una psicóloga, una jurídica y una trabajadora social. Y es que Alhama ha sido durante estos últimos ocho años un referente en innovación, lucha y seguimiento de estos casos, no en vano fuimos el primer municipio de la Región de Murcia, junto a Santomera, en poner en marcha el programa VioGén. Además, hemos contado con los fondos destinados por el Gobierno de España tras la firma del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

Es necesario alentar a las víctimas a denunciar su situación, algo que, en muchos casos y debido a la barrera lingüístico-cultural, sería imposible si no fuera por el servicio de mediación que ha venido prestando servicio desde el área de Bienestar Social y que el Gobierno local del Partido Popular se ha cargado, dejando a estas mujeres en una situación de extrema vulnerabilidad.  

Junto a la protección de las víctimas, debemos fomentar un cambio cultural profundo en la sociedad. Necesitamos inculcar valores de equidad y respeto desde edades tempranas a través de la educación, que es la herramienta fundamental en la consecución de la igualdad de género y la prevención de la violencia. Es crucial que enseñemos a nuestras niñas y niños a construir relaciones basadas en el respeto mutuo y a no perpetuar estereotipos y roles de género que fomenten la discriminación y las agresiones.

Este 25N, además de visibilizar estas actuaciones, tristemente recordamos y honramos a todas las mujeres que han sido víctimas mortales de violencia de género, así como a sus hijas e hijos. Es nuestra responsabilidad trabajar incansablemente para garantizar que nadie más sufra por esta causa y que no haya ni una víctima más.

Tenemos que asumir la responsabilidad colectiva de poner fin a la violencia de género y construir una sociedad donde seamos los agentes de cambio para que ninguna mujer vea coartada su libertad de vivir su vida plenamente. Trabajemos por la igualdad y el respeto.

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